En muchos terrenos dedicados a la agricultura encontrareis que los agricultores producen su propio compost. Es una manera de dar salida a la cantidad de desechos que se producen a la vez que produces abono que será utilizado para nutrir la tierra y prepararla para la próxima temporada. En definitiva, cerrar el ciclo.
El tema del compost es un poco controvertido, ya que hay quienes plantean que no deben utilizarse entradas externas, sino conseguir que la propia tierra sea la que regenere esos nutrientes sin necesidad de ayuda externa.
Fuera aparte de posicionarse de un lado u otro, os vamos a hablar de que factores deberéis considerar a la hora de conseguir un buen compost.
Dimensiones: el volumen mínimo del montón para que se produzca una fermentación térmica debe ser de 1 m3. Si el volumen es menor no habrá incremento de la temperatura suficiente y la fermentación tendrá lugar a temperatura ambiente. También hay que tener en cuenta no hacerla demasiado grande para que se produzca una aireación suficiente, necesaria para que los microorganismos aerobios ejerzan su función.
Tamaño de los materiales a compostar: lo ideal es mezclar tamaños grandes con tamaños más pequeños. Los pequeños ofrecen más superficie para que los microorganismos actúen, mientras que los materiales más grandes favorecen la aireación del montón.
Proporción Carbono/Nitrógeno: esta proporción va variando a medida que pasa el tiempo. En términos generales, al inicio será de 30-50/1 (C/N), y al finalizar 10/1 (C/N). Cuando la proporción de C es muy alta, se reduce la actividad biológica. Por el contrario, si es muy baja, aumentará. Entre los materiales ricos en C se encuentran los que contienen celulosa (madera, serrín, hierbas secas, etc.), mientras que los ricos en N serán estiércol, plantas frescas, restos de verduras, etc.
Temperatura: las temperaturas ideales se situarán entre 35-65ºC. Temperaturas superiores a 70ºC implicarían la pérdida de actividad de los microorganismos, por lo que si superase esas temperaturas nuestro montón es recomendable regarlo o incluso voltearlo por completo. Entre 35-65ºC, cuanto más elevada sea la temperatura, más rápido se producirá el proceso de descomposición de la materia por parte de los microorganismos.
En el próximo post trataremos otros aspectos como el pH, la humedad o los materiales que sí y que no se pueden compostar.